En un estudio publicado por la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) explica que los nueve países con arsenal nuclear gastaron casi 70.000 millones de dólares en mantenimiento y construcción de su armamento. En el informe aclara que «de 2018 a 2019, hubo un aumento estimado de 7.100 millones de dólares en el gasto en armas nucleares, casi un 10% más con respecto al año anterior, y estos totales solo continuarán aumentando en la próxima década.»
De esta forma el gasto nuclear se transforma en el más alto desde el apogeo de la Guerra Fría y un derroche innecesario si se toma en cuenta las necesidades derivadas de la pandemia en recursos para investigación y materiales para combatirla. Queda claro que las armas nucleares no protegen a los países y sus ciudadanos cuando de enfermedades se trata, y el dinero invertido en armamento es más necesario para paliar el déficit de material médico.

Detrás de los Estados Unidos, que lidera el gasto con casi la mitad del total, sigue China en segundo lugar. Luego Reino Unido, Rusia, Francia, India, Israel, Pakistán y Corea del Norte.
Los datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso estadounidense revelan que el costo del programa durante los próximos diez años será de 500.000 millones de dólares, un aumento de casi 100.000 millones, aproximadamente del 23%, sobre las proyecciones de la administración de Barack Obama. De hecho, la administración de Trump gastó 35.400 millones de dólares, lo que aceleró la modernización del arsenal.
Hacia el final los autores del informe se preguntan si «los ciudadanos y los líderes mundiales elegirán continuar tirando 73.000 millones de dólares en armas nucleares, o se unirán a la mayoría de los países del mundo para elegir prohibir todas estas armas de destrucción masiva.»
Una pregunta que debió ser atendida hace muchos años.
Fuente: ICAN – «Enough is enough: 2019 global nuclear weapons spending»






