sábado, 1 noviembre, 2025

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En el décimo aniversario de la muerte del fiscal Alberto Nisman, su expareja y madre de sus hijas, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, reafirmó su convicción de que no fue un suicidio, sino un homicidio vinculado a su investigación sobre el atentado a la AMIA.

«La verdad ya se sabe: Nisman fue víctima de un homicidio. Está probado científica y judicialmente desde 2018», declaró Arroyo Salgado en una entrevista con LN+.

Pruebas y análisis de la escena del crimen
Arroyo Salgado afirmó que varios elementos encontrados en la escena del crimen no coincidían con el accionar de Nisman, quien investigaba a la expresidenta Cristina Kirchner por supuestos pactos con Irán. Entre sus observaciones, destacó:

  • «Cuando vi la foto de su dormitorio, supe que no había llegado a acostarse el sábado por la noche. Él no abría la cama de esa manera.»
  • «Sabían que para silenciarlo tenían que matarlo.»

También mencionó que durante el 2015, año de la muerte del fiscal, vivió un contexto de «mucha maldad y miedo», y sostuvo que el asesinato de Nisman envía un mensaje claro: «Miren lo que le puede pasar al que se enfrenta al poder.»

Acusaciones contra Cristina Kirchner
Arroyo Salgado señaló como especialmente doloroso un discurso de la entonces presidenta Kirchner, en el que afirmó: «Nos quedamos con la alegría, a ellos les dejamos el silencio.» La jueza calificó estas palabras como un golpe para ella y sus hijas.

Impacto del trabajo de Nisman
Para Arroyo Salgado, el legado de Nisman fue decisivo para la Argentina: «Gracias a su trabajo, nuestro país no terminó alineado con países vinculados al terrorismo. Él demostró cómo los argentinos queremos vivir.»

Diego Lagomarsino mantiene su postura de autodisparo
Por su parte, Diego Lagomarsino, dueño del arma que causó la muerte de Nisman, reiteró su postura de que el fiscal se quitó la vida. «Fue un autodisparo de manual. El cuerpo forense dice que no hay rastros de acción de terceros y que estaba solo en el baño», afirmó en una entrevista exclusiva con LN+.

Lagomarsino aseguró no tener ninguna relación con la escena del crimen: «Yo le di el arma, pero no está probado quién apretó el gatillo. En este expediente no hay pruebas sólidas.»

También negó las acusaciones en su contra, destacando que si hubiera intentado simular algo, no habría usado su propio teléfono. «Duermo en paz y mis hijos saben que no tengo nada que ver», concluyó.

El caso Nisman, a una década de su muerte, sigue generando controversia, con posturas enfrentadas y sin resoluciones concluyentes, mientras la investigación sigue abierta.