jueves, 20 noviembre, 2025

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Las consecuencias de la emisión indiscriminada de gases de efecto invernadero a la atmósfera tiene una nueva víctima: la estratosfera. En 2080 la Tierra podría haber perdido el 4% de su estratosfera, que va ‘adelgazando’ de forma preocupante desde hace décadas debido a las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero. 

La estratosfera ha perdido 400 metros desde 1980 y los científicos ya advierten que, de seguir en esta senda, perderá 1,3 kilómetros de aquí a 2080. Esta capa de la atmósfera está adelgazándose a un ritmo preocupante. Esta reducción en parte se debe en parte a la presión que ejerce desde abajo la troposfera y, por otro, a la acción propia del dióxido de carbono, que la enfría y la constriñe.

La estratosfera se extiende desde unos 20 kilómetros hasta 60 kilómetros por encima de la superficie de la Tierra. Justo debajo está la troposfera, que es donde habitan los seres vivos y desde la cual los seres humanos emiten dióxido de carbono.

Las emisiones de, dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6), están rompiendo la frágil armonía de esta capa atmosférica y pronto podría afectar a la vida del ser humano, amenazando su sistema de telecomunicaciones.

Las altas concentraciones de CO2 son las que permiten que esta primera capa se caliente y, por ende, expanda las moléculas que conforman el aire, lo que empuja hacia arriba el límite inferior de la estratosfera. Cuando el CO2 entra en la estratosfera enfría el aire, contribuyendo a que también se contraiga.

La situación puede afectar a las trayectorias de satélites, e indirectamente también podrá afectar a la densidad de los electrones ionosféricos, a la propagación de las ondas de radio y al rendimiento del sistema de posición global (GPS), así como otros sistemas de navegación basados en el espacio.