El 1 de julio es la fecha en que Europa planea abrir sus fronteras pero con serias restricciones y selectivamente. El regreso del transporte internacional solo beneficiará a un reducido grupo de países, cuya lista está en debate y se espera que esté lista a más tardar la semana que viene.
El acuerdo para la confección de la ansiada lista está en debate por los distintos criterios que predominan para su armado, especialmente la fiabilidad de los datos epidemiológicos de terceros países y su repercusión en el exterior. Sin embargo, dentro de la UE consideran necesario llegar a un acuerdo común para evitar que cada país ponga sus requisitos.
En principio y si no hay cambios de último momento, lista mantendrá el veto a los viajeros procedentes de numerosos países,incluidos algunos tan significativos como Estados Unidos, Rusia, México, Brasil, Argentina, Perú, Chile, Arabia Saudí, Sudáfrica o Singapur. España figura entre los países que abogan por una selección muy restrictiva para evitar el riesgo de importar rebrotes desde zonas donde la epidemia parece aún descontrolada.
La Comisión Europea propone que la apertura se base en criterios lo más objetivos posibles y se remite a la referencia del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades, con sede en Estocolmo. El criterio planteado es que la entrada desde terceros países se supedite a un porcentaje similar al de la media del ámbito europeo, es decir, de menos de 20 nuevos casos cada 100.000 habitantes.
Países como Corea del Sur o Japón tienen guarismos similares a los europeos, pero otros como Chile, Brasi, Arabia Saudita, Rusia y hasta EEUU quedarían por arriba y fuera de los permisos.
El criterio cuantitativo no es el único en que se basan para la confección de la lista de permitidos y excluidos. La UE también analiza la calidad y fiabilidad de las estadísticas que se apliquen en los distintos países, países que no garanticen el retorno de sus ciudadanos en caso de un rebrote en Europa, y la reciprocidad, en cuanto a excluir a países que no dejan ingresar a ciudadanos europeos.
Los ojos están puestos en Croacia ya que por ser el socio que ocupa la presidencia semestral de la UE, es país encargado de consensuar y presentar el proyecto.