domingo, 26 octubre, 2025

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La ciudad de Los Ángeles vive una crisis sin precedentes mientras los vientos huracanados reavivan los incendios forestales que han devastado la región durante una semana. Hasta el momento, las autoridades han confirmado la muerte número 25 a causa del siniestro, que sigue fuera de control en varias áreas.

Vientos peligrosos y condiciones extremas
Meteorólogos citados por la BBC calificaron la situación como de «extremo peligro de incendio», especialmente en las zonas montañosas al noroeste del centro de Los Ángeles, donde se esperan vientos de hasta 113 kilómetros por hora, casi alcanzando la categoría de huracán.

El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) advirtió que los vientos combinados con la baja humedad y las condiciones secas en la región seguirán generando un riesgo crítico de incendios. Aunque se prevé que los vientos alcancen su pico de intensidad este miércoles, se espera que comiencen a disminuir a partir del jueves.

Cuatro focos aún activos
Los bomberos luchan por contener cuatro focos de incendios aún no controlados, agravados por las fuertes ráfagas que se han intensificado esta mañana en los condados de Los Ángeles y Ventura.

«Los vientos son más débiles que la semana pasada, pero aún representan una amenaza significativa», explicó el jefe de bomberos del condado de Los Ángeles, Anthony Marrone.

Zonas más afectadas
Regiones como Simi Valley y Thousand Oaks, al noroeste de Los Ángeles, son consideradas las más vulnerables debido a las actuales condiciones meteorológicas.

Una semana de devastación
Con 25 víctimas mortales confirmadas y miles de personas desplazadas, los incendios forestales han devastado viviendas, infraestructuras y zonas naturales en una de las peores crisis de este tipo en la historia reciente de California.

Las autoridades continúan instando a los residentes de las áreas afectadas a seguir las órdenes de evacuación y evitar las zonas de riesgo, mientras los equipos de emergencia trabajan contrarreloj para contener las llamas.

Conclusión
La combinación de vientos huracanados, condiciones secas y múltiples focos activos mantiene a Los Ángeles en un estado de emergencia. La próxima disminución de los vientos ofrece una luz de esperanza para los equipos de rescate, pero el daño ya causado subraya la necesidad de medidas preventivas más efectivas ante desastres naturales de esta magnitud.