Los obispos franceses, reunidos en la ciudad de Lourdes, ubicada al sur de Francia, decidieron «reconocer la responsabilidad institucional de la Iglesia» en los miles de abusos sexuales a menores y su «dimensión sistémica», anunció el viernes su jefe, Éric de Moulins-Beaufort.
«Esta responsabilidad implica un deber de justicia y de reparación», agregó el presidente de la Conferencia Episcopal local, para quien los abusos tuvieron lugar por un «contexto general de funcionamiento, mentalidades y prácticas en el seno de la Iglesia».
En octubre, una comisión independiente estimó en un informe que unos 216.000 menores fueron víctimas de abusos por sacerdotes y religiosos en Francia entre 1950 y 2020, cifra que sube a 330.000 si se cuentan a los trabajadores de instituciones religiosas.





