El título del nuevo álbum de Norah Jones, «Pick Me Up Off the Floor» (Levándame del piso), tiene dos significados. Tras pasar dos años grabando sesiones mensuales puntuales, la pianista y cantante de jazz-pop se dio cuenta de que había acumulado suficientes buenas canciones. «No sabía qué estaba pasando con ellas. Estaba como levantándolas del suelo y juntándolas. Como que esa era la idea», dijo.
El otro significado es más literal: las canciones eran tristes, y Jones necesitaba una mano para levantarse. «Ese sentimiento de desesperación, cuando simplemente necesitas que alguien te levante, era todo eso», dijo.
El séptimo álbum de Jones sale el viernes y aunque las 11 canciones fueron escritas y grabadas esporádicamente, guardan cohesión en lo personal y emocional, con títulos como «How I Weep», «Hurts to Be Alone», «Heartbroken, Day After» y «Stumble On My Way».
«Entonces me pega directo en el estómago por la noche, es un golpe duro que recibir con todas sus fuerzas/Trata de sentir lástima, trata de ser dulce, y sale corriendo por la puerta como si tuviera dos patas», canta en el primer tema del disco.
Pero Jones, de 41 años, no está triste todo el tiempo. Las últimas canciones del álbum, entre ellas «I’m Alive» y «To Live», le dan un final esperanzador, como una luz al final del túnel.
«Siento que hay mucho en este álbum que es muy personal… Pienso que estaba triste cuando escribí muchas de ellas, seguro, obviamente», dijo Jones, quien agregó que los temas de las canciones salieron de un periodo de su vida, aunque no especificó cuál.
Tras terminar la gira de su álbum «Day Breaks» de 2016, Jones sostuvo sesiones mensuales de grabación para colaborar con artistas y también lanzar sencillos sin pensar en todo un álbum. Dijo que estaba realmente inspirada para escribir, y que las canciones emanaban de ella.
«Por lo general no soy increíblemente prolífica, paso por brotes creativos. Pero creo que el solo hecho de hacer estas sesiones cada tantos meses fue como ir tirándole leña al fuego», dijo.




