La Venus de Botticelli presentada como una «influencer» digital, ilustrada con minifalda, en bicicleta, tomándose selfies o comiendo pizza, junto a alguno de los sitios culturales más destacados de Italia, forma parte de una campaña lanzada por el Ministerio de Turismo italiano que ha sido calificada como «ridícula» por usuarios de redes y medios de comunicación de ese país. –
“Hacer conocer nuestras bellezas a partir de las grandes ciudades hasta los pequeños pueblos; contar nuestro patrimonio sin límites de arte, naturaleza, gastronomía; abrirle al mundo entero las puertas de la maravilla. Esto para nosotros italianos significa recibir. ¿Y quién mejor que yo puede llevarlos al descubrimiento del belpaese en cada momento del año? Yo, Venus, imagen de Italia en el mundo hoy en el rol de una virtual influencer”, se presenta la nueva Venus en el sitio Italia.it. Se trata de una campaña ideada por la famosa agencia publicitaria italiana de Armando Testa que, a un costo de 9 millones de euros, también elaboró un spot que se verá en estaciones de trenes y aereopuertos y desembarcó en Instagram, donde la Venus estrenó su perfil “venereitalia23″.
“Me parece una campaña publicitaria de caricatura” reaccionó el alcalde de Florencia, Dario Nardella, que no ocultó su indignación: “¿Hoy la Venus comiendo pizza, mañana el David tocando la mandolina? No hagamos caricatura con nuestra arte”.
También el crítico de arte, exministro y actual viceministro de Cultura se manifestó perplejo. “Son las obras de arte las que le hacen publicidad a Italia, sin necesidad de disfrazarlas. Como la Venus está desnuda hubiera sido mejor dejarla así, sin necesidad de disfrazarla de esa forma”, denunció, comparando a la Venus influencer con Chiara Ferragni, la famosa influencer de carne y hueso italiana, que tiene millones de followers en todo el mundo.
También causó perplejidad el uso del inglés de la campaña, titulada –”Italia open to meraviglia”-, slogan que aparece, además, en una remera de la Venus influencer virtual. Un artículo de La Stampa recordó, al respecto, que semanas atrás Fabio Rampelli, diputado de Hermanos de Italia –el partido de derecha de la premier, Giorgia Meloni–, presentó un proyecto de ley que causó hilaridad, que prevé multas de hasta 100.000 euros para quienes utilicen términos en inglés o extranjeros en lugar de la lengua italiana en lugares públicos.






