domingo, 9 noviembre, 2025

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Un estudio publicado en la revista The Lancet señala que el coronavirus puede producir reducciones sustanciales en las capacidades cognitivas de los pacientes. «Los individuos que se recuperaron de la COVID-19, incluidos los casos biológicamente confirmados que permanecieron en casa y no recibieron apoyo médico, obtuvieron peores resultados en una serie de pruebas cognitivas de lo que cabría esperar teniendo en cuenta sus perfiles demográficos y de edad», afirman los investigadores.

Los científicos analizaron los datos de más de 81 000 personas que participaron en la Gran Prueba de Inteligencia Británica en la que 12.689 dijeron haber contraído el coronavirus con diversos niveles de gravedad respiratoria.

La encuesta incluyó nueve pruebas de inteligencia que medían cuestiones como la memoria, la atención, la percepción espacial o el pensamiento semántico.

Los déficits fueron sustanciales para las personas que habían sido hospitalizadas, pero también para los casos no hospitalizados que tenían confirmación de la infección por COVID.

Asimismo, los estudios de casos han proporcionado pruebas de que los pacientes con COVID-19 pueden desarrollar una serie de complicaciones neurológicas, incluidas las derivadas de accidentes cerebrovasculares, encefalopatías, síndrome inflamatorio, microhemorragias y respuestas autoinmunes.

Los profesionales tuvieron en cuenta que cada vez hay más pruebas de que las personas con una enfermedad grave de COVID-19 pueden tener síntomas que persisten más allá de la enfermedad inicial, incluso durante la fase subaguda y la fase crónica temprana. A menudo se denomina «COVID larga», y hay informes de «niebla cerebral» con síntomas psicológicos amplios autodeclarados, como baja energía, problemas de concentración, desorientación y dificultad para encontrar las palabras adecuadas.