jueves, 18 abril, 2024

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La Fundación Proa exhibirá desde mañana a las 15 una exposición de realidad aumentada que incluye obras de artistas como el danés Olafur Eliasson, la francesa Julie Curtiss, el estadounidense Kaws y el argentino Tomás Saraceno, que se podrán ver gracias a la plataforma Acute Art -a través de dispositivos digitales- y que se desplegarán en sitios emblemáticos del barrio de La Boca como la vereda del espacio de arte, el río y sus alrededores.

“Un panorama de este mundo” se titula la muestra que no tiene presencia física, sino que está mediada por la tecnología y que permite apreciar, a través de la pantalla, arañas gigantescas, una mujer desnuda, figuras que flotan sobre el Riachuelo, nubes con lluvia en espacios cerrados, un inmenso y radiante sol bajo techo y plantitas con flores que se mueven, como impulsadas por una leve brisa.

Habrá wifi gratis en los alrededores de Proa durante los meses que dure la exposición y, si bien es indispensable llevar celular para vivir la experiencia, el espacio de arte de La Boca brindará tablets -a modo de préstamo- para quienes no tengan su propio teléfono y deseen adentrarse en el universo de la realidad aumentada, también conocida como RA, contó a Télam Adriana Rosenberg, directora de Proa.

Unos vinilos adhesivos en el suelo de la Fundación, en la explanada y aledaños, indican al visitante el lugar exacto en el que hay que ubicarse para interactuar con cada obra: así, justo en el primer piso del espacio de la avenida Pedro de Mendoza 1929, se puede observar una nubecita con lluvia -parecida a aquella que perseguía a la Pantera rosa- pero en este caso regando unas florecitas diseñadas por Eliasson para su serie “Wunderkammer”.

Estas piezas, concebidas especialmente para la realidad aumentada, lanzadas en plena pandemia, apuestan a lo sorpresivo y así como puede llover dentro de Proa, también brilla el sol, radiante, luminoso, aunque esta vez en el techo de la librería, balconeada por el restaurant del espacio de arte. Mientras que algunas de las piezas se mueven, permiten el modo selfie o incluso hacerles zoom, otras todo lo contrario, como el caso del astro ideado por Eliasson. El sol de RA estará estático, en el mismo lugar el tiempo que dure la exhibición.

Muy diferente es lo que ocurre en la explanada con la araña monumental de la especie Maratus Speciosus, del tucumano Tomás Saraceno: sus patas son tan largas como el alto de una persona y se mueve abruptamente, baila, hay que perseguirlo para que se quede, aunque sea un rato frente a la pantalla. Esta obra forma parte de la serie “Webs of Life”, enmarcada en la trayectoria del artista que persigue la “justicia ambiental” y que busca desplegar diversas perspectivas de las formas de vida humanas y no humanas que han sido desatendidas, sin jerarquías entre una especie y otra.

En este caso, Saraceno -que acaba de inaugurar una mega muestra en The Shed, en Nueva York- busca cultivar las relaciones afectivas entre las arañas y los humanos, aprovechando las herramientas digitales.

“Los artistas han modelado las figuras en 3D y la plataforma Acute Art -de Londres- hace el match entre el espacio real y el espacio virtual. Brinda las herramientas tecnológicas para que se pueda dar la combinación de ambos mundos y poder ver esto acá”, explica el artista visual y especialista en tecnología aplicada al arte, Lucas de Marziani, coordinador técnico de la exposición.

La muestra, con curaduría del sueco Daniel Birnbaum (director artístico de Acute Art) y Solana Chetman (directora de prácticas creativas en The Shed, Nueva York), despliega en el barrio porteño de La Boca una tecnología incipiente, de la que aún queda mucho por descubrir: la realidad aumentada permite superponer elementos virtuales sobre nuestra visión de la realidad. A diferencia de la realidad virtual no se requieren auriculares, anteojos especiales ni equipos adicionales. Sólo es necesario un teléfono celular con cámara y una app (Acute Art) para acceder a las obras.

La experiencia cuestiona la noción de lo tangible y nos sumerge en un mundo ficticio al que solo se puede acceder digitalmente, sumando niveles de sentido y expandiendo los límites sensoriales hasta volver permeables a los límites de lo real.

Sobre el Riachuelo flota la figura más icónica del artista estadounidense Kaws bautizada “Companion”, una suerte de Mickey “abatido por la sociedad de consumo” ha dicho alguna vez, sobre esta figura con orejas deformes, cruces en sus ojos o la cara tapada por sus manos. La pieza se titula «Holiday Space» y es una versión “astronauta plateado” del muy reconocible personaje que el artista creó hace 20 años en base a sus grafitis y dibujos animados originales.

«Companion» se ubica muy cerca de otra obra, de la artista francesa Julie Curtiss, quien presenta a “Lune”, una mujer desnuda, de espaldas, que nunca revela su rostro, aunque uno gire alrededor de ella. Este personaje siempre da la espalda al espectador. Y si uno se acerca, se desvanece, dejando una estela de brillo en la pantalla, para aparecer otra vez.

De Londres a Buenos Aires, la plataforma Acute Art decidió indagar en lo local a la hora de seleccionar, junto con Proa, qué obras desembarcarían en La Boca. Para eso, tuvieron en cuenta la fuerte literatura rioplatense y un texto icónico, “La invención de Morel” de Adolfo Bioy Casares, según cuenta en el texto curatorial Daniel Birnbaum, en referencia a la novela de ciencia ficción en la cual un fugitivo se esconde en soledad en una isla desierta, donde descubre o cree ver a otras personas.

Para la cocuradora Solana Chehtman, estas piezas “juntas, son una provocación activa a la imaginación, para inventar y crear nuevos significados a través del juego, la interacción y el ingenio”.

La exhibición «Un panorama de este mundo», que se organiza en dos etapas, desplegará a partir del 12 de marzo nuevas obras, esta vez de Nina Chanel Abney, Koo Jeong y Lu Yang, algunas de ellas interactivas, inmersivas y con sonidos, también en espacios emblemáticos del barrio, como el trasbordador Nicolás Avellaneda. Se podrán visitar hasta el 12 de abril en la Fundación Proa, Avenida Pedro de Mendoza 1929, en el barrio de La Boca.