sábado, 1 noviembre, 2025

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La reanudación de las compras de soja estadounidense por parte de China, tras el encuentro entre Donald Trump y Xi Jinping, podría golpear al sector agrícola argentino. El gigante asiático se comprometió a adquirir “cantidades masivas” del grano norteamericano —hasta 12 millones de toneladas en el corto plazo—, lo que reconfigura el tablero del comercio mundial de oleaginosas.

Durante la guerra comercial entre ambas potencias, Argentina y Brasil aprovecharon la oportunidad para cubrir la demanda china, alcanzando exportaciones históricas. Solo en el último año, el país sudamericano envió 12 millones de toneladas de poroto de soja a China, cuatro veces más que el promedio de la última década. Sin embargo, con Washington nuevamente en carrera, el panorama cambia drásticamente.

📉 Efecto inmediato: los analistas anticipan una presión bajista sobre el precio de la soja en la Bolsa de Chicago, una tendencia que suele replicarse en los mercados locales. La oferta extra de producto estadounidense podría provocar una caída en los ingresos de los productores argentinos.

🚜 Presión interna: Trump enfrentaba fuertes críticas de los “farmers” estadounidenses por la pérdida de su principal comprador y por haber destinado fondos de asistencia a la Argentina. El nuevo acuerdo intenta recomponer esa relación política y comercial, aunque su impacto se sentirá más allá de las fronteras de EE. UU.

🌾 Un respiro para la industria local: pese a la preocupación inicial, algunos actores del complejo agroindustrial argentino ven un posible lado positivo. Con menor demanda externa de poroto, habría más materia prima disponible para el procesamiento interno, fortaleciendo la producción de harina y aceite de soja —dos rubros en los que Argentina lidera a nivel mundial.

En definitiva, el pacto entre Trump y Xi reordena el mapa global de la soja: China recupera a EE. UU. como proveedor preferido, y Sudamérica deberá ajustar su estrategia para sostener su peso en el mercado.