Un accidente en moto a los 17 años. Nervios dañados y pérdida de la movilidad del brazo. Pasan los años, el brazo no se recupera.
Ese fue el orden de los hechos que finalizaron con la amputación del brazo derecho del canadiense Mark Holmgren, de 38 años. Pero ahí no termina la historia. Mark quería hacer algo con ese brazo que sería descartado como desecho patológico, después de todo era su brazo. «Siempre veo esas decoraciones de Halloween con una mano sosteniendo un cenicero o algo así. De ahí me vino la idea», declaró a la cadena CBC
Pedido para llevarse el brazo. Autorización de los médicos. Firma de documentos. Brazo congelado termina en la heladera. Encontrar una empresa de taxidermia que aceptara trabajar con restos humanos.
La encontró. Metieron el brazo descongelado en una caja con escarabajos que se encargaron de pelar los huesos. Luego los blanquearon y, con la ayuda de un fisioterapeuta, armaron el brazo nuevamente, pero esta vez, sólo de huesos.
¿Qué hará Mark con su brazo? No se sabe. Por ahora lo guarda hasta que se le ocurra alguna idea.





