El gobernado de Florida, Ron DeSantis, declaró el sábado un estado de emergencia en la ciudad de Tampa debido a un derrame en un estanque de aguas residuales que amenaza con inundar caminos y reventar un sistema de almacenamiento de aguas contaminadas, sobre una zona costera y agrícola.
«Lo que estamos examinando en este momento es cómo prevenir, y responder, de ser necesario, a una situación de inundaciones verdaderamente catastróficas», dijo DeSantis en una conferencia de prensa luego de sobrevolar la zona.
El gobernador explicó que los trabajadores de emergencia, apoyados por la Guardia Nacional de Florida, estaban bombeando unos 33 millones de galones al día (casi 125.000 metros cúbicos) de agua residual de un depósito que padece una creciente filtración en su revestimiento plástico. “Según los ingenieros del lugar, fue necesaria una descarga controlada para evitar un fallo catastrófico”, indicó.
Las autoridades han cerrado tramos de la autopista federal 41 y ordenaron la evacuación de 316 residencias. Algunas familias fueron reubicadas en hoteles locales. Otras se niegan a irse. Argumentan que están en zonas altas. Y que incluso cuando alerta de huracán no suelen abandonar sus hogares.






