Hasán Diab, primer ministro del Líbano presentó su renuncia al presidente Michel Aoun, tras las protestas desatadas luego de la explosión en el puerto que causó 160 muertes y arrasó media capital. Diab lamentó la falta de unidad de las fuerzas políticas en un momento trágico para el país y acusó a la corrupción crónica imperante en aquel país por la explosión.
Hasán Diab llegó al poder con la promesa de hacer realidad las reformas promocionadas por la «revolución del 17 de octubre». Pero ocho meses después no sólo no cumplió con las demandas sino que deja el gobierno tras la segunda explosión más grande luego de la bomba atómica y la mayor crisis económica de la historia.
A la renuncia del primer ministro ya la había precedido la dimisión del varios ministros de su gabinete, el de Exteriores (antes de la explosión) primero y luego el de Información, Economía, Justicia y Medio Ambiente.
Tras la renuncia en bloque del Gobierno, la responsabilidad recae en el Parlamento que debe proponer un nuevo candidato a primer ministro. El sistema de cuotas obliga a nombrar a un musulmán suní primer ministro.
 
								






