viernes, 29 marzo, 2024

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Acudir al desierto, convivir con las tribus nativas, aprender de sus costumbres, conocer los rituales milenarios que se han transmitido de generación en generación es una de las narrativas que se han empleado en múltiples historias sobre el consumo de drogas naturales para conectar con tu alma, “el tercer ojo” o tener un acercamiento espiritual con el más allá.

El peyote, hongos, ayahuasca y sapos suelen ser algunos de los organismos que se consumen en este tipo de ceremoniales sagrados, sin embargo el uso de estas drogas fuera dé se ha convertido en un problema que ha llevado al Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos (NPS por su siglas en inglés) a emitir una advertencia sobre el consumo del ‘Bufo alvarius’, coloquialmente conocido como el sapo del desierto de Sonora.

“Estos sapos tienen prominentes glándulas paratiroides que segregan una potente toxina. Te puedes enfermar si manejas la rana o te metes el veneno en la boca (…) por favor absténganse de lamer”, menciona la NPS acompañado de una foto nocturna de este espécimen en los alrededores del Monumento Nacional de Organ Pipe Cactus en Arizona.

A pesar de la seria advertencia, la publicación en Facebook se llenó de comentarios sarcásticos en los que destacan que el lamer uno de estos sapos está entre sus prioridades durante el transcurso del día o los fines de semana.

Las toxinas que produce este anfibio son capaces de matar a un perro, mientras que en los humanos genera una especie de alucinación, lo que ha impulsado su consumo a nivel mundial. Incluso en el episodio ‘Misionero imposible’ de la onceava temporada de Los Simpson se hace mención al consumo de estas especies cuando Homero lame dos y le provocan alucinaciones.

El mecanismo de defensa que se usa como droga

El sapo del desierto de sonora debe su nombre al lugar en el que reside la mayor cantidad de su población, también es conocido como el “sapo de río Colorado”, en Estados Unidos, debido que es la zona donde más ejemplares se concentran en el país norteamericano.

Dicho veneno que desarrollan en su cuerpo forma parte de un mecanismo de defensa contra sus depredadores, sin embargo el consumo por parte de los humanos de esta toxina se da gracias a sus fuertes niveles psicóticos.

En cuanto su consumo, la revista de Medicina Naturista de la Sociedad Europea de Medicina Naturista Clásica menciona que se da a través inhalación del humo que se genera al quemar la sustancia.

La secreción se fuma de una pipa o se inhala de un vaporizador y aún aplicado de esta manera, existen riesgos para el ser humano”, comentan Miroslav Horak, Elizabeth Mateos Segovia y Ali Cortina Bellon en el artículo.

La organización sin fines de lucro Iceers especifica que el cuerpo humano en cuestión de segundos comienza a sentir los efectos del consumo de esta toxina, y en los casos más tardados llega a ser hasta de una hora después de haber fumado la sustancia.

Muchas personas describen sensaciones de unidad cósmica, de acceso a una conciencia no dual y a profundas experiencias espirituales. Algunas personas han comparado la experiencia con la sensación de morir”, comenta en su página oficial.

El Gobierno de Sonora en México, ha externado su preocupación en torno a la población de estos anfibios, puesto que en los últimos años se declararon extintos en California, Estados Unidos, lo que ha llevado a impulsar acciones en su defensa en los estados de Nuevo México, Arizona y Colorado