El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, realizó el lunes una visita no anunciada a Kiev como muestra de apoyo ante el primer aniversario de la invasión rusa y le prometió al presidente Volodímir Zelenski que Washington estaría con Ucrania todo el tiempo que fuera necesario.
Las sirenas antiaéreas sonaron en toda la capital ucraniana durante la visita de Biden a Kiev, aunque no se informó de ataques aéreos o con misiles rusos.
«Su visita es una señal extremadamente importante de apoyo a todos los ucranianos», dijo Zelenski, quien agregó que habló con Biden sobre armas de largo alcance durante la visita.
La Casa Blanca dijo que Biden anunciaría más sanciones a Rusia y apoyo militar a Ucrania, incluyendo munición de artillería, sistemas antiblindaje y radares de vigilancia aérea.
La visita de Biden se produjo un día antes de que el presidente Vladimir Putin pronunciara un importante discurso, en el que se esperaba que expusiera los objetivos de Rusia para el segundo año de la invasión que lanzó el 24 de febrero del año pasado.
El aniversario adquirió un significado más que simbólico, convirtiéndose en lo que Occidente considera una motivación para la fase más mortífera de la guerra, en un momento en que Moscú lanza a miles de reclutas y mercenarios a una ofensiva de invierno.
En las últimas semanas, Rusia sólo consiguió escasos avances en los asaltos a trincheras heladas a lo largo y ancho del frente oriental. Kiev y Occidente lo ven como un intento de dar a Putin victorias de las que alardear un año después de que lanzara la mayor guerra en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Moscú recibió su propia señal aparente de apoyo diplomático, con el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, al que se espera en la capital rusa para mantener conversaciones. En público, China se ha mantenido neutral en el conflicto a pesar de haber firmado un pacto de amistad «sin límites» con Rusia semanas antes de la invasión.
Washington manifestó en los últimos días su preocupación por la posibilidad de que Pekín comience a suministrar armas a Moscú. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin, dijo que Estados Unidos «no está en posición de exigir nada a China» y que la «asociación de colaboración integral» de China con Rusia es asunto de dos Estados independientes.
Rusia intenta hacerse con el control total de dos provincias orientales que forman la región minera e industrial ucraniana del Dombás. Lanzó asaltos en localidades que van desde Kreminná, en el norte, hasta Vuhledar, en el sur, asegurando la mayor parte de sus recientes avances en torno a la ciudad minera de Bajmut.
Kiev, que está recibiendo en los próximos meses un importante flujo de armamento occidental para una contraofensiva planificada, se dedicó últimamente sobre todo a la defensa en el campo de batalla, afirmando estar infligiendo enormes bajas a las fuerzas rusas de asalto.
«La situación es muy complicada. Y estamos luchando. Estamos doblegando a los invasores e infligiendo pérdidas extraordinariamente significativas a Rusia», dijo Zelenski en su discurso nocturno por vídeo.
«Cuantas más pérdidas sufra Rusia allí, en el Dombás —en Bajmut, Vuhledar, Marinka, Kreminná—, más rápido podremos poner fin a esta guerra con la victoria de Ucrania».
El Ministerio de Defensa británico dijo que Rusia estaba sufriendo enormes bajas, incluidas dos brigadas de élite de miles de infantes de marina probablemente convertidas en «ineficaces en combate» por las altas pérdidas en los intentos fallidos de asaltar Vuhledar, un bastión ucraniano fuertemente fortificado.
«Es probable que las fuerzas rusas se vean sometidas a una presión política cada vez mayor a medida que se acerca el aniversario de la invasión», afirmaba el informe, que predecía que Moscú afirmaría haber capturado Bajmut independientemente de la situación sobre el terreno. «Si la ofensiva rusa durante la primavera (boreal) no consigue nada, es probable que aumenten las tensiones en el seno de la dirección rusa».